Esta pregunta es relativamente nueva. Antes todos los libros eran físicos, pero desde el 1971, gracias al Proyecto Gutenberg, ahora también existen los libros digitales. La expansión de los libros digitales se dio a partir de la creación de dispositivos digitales para su lectura, siendo hoy los más famosos Kindle y Tolino.
Ahora viene la pregunta simple, ¿cuál es la mejor manera de leer un libro? ¿usando un dispositivo de lectura o leyendo el libro físico? Pues la respuesta general es que de gustos y colores no han escrito los autores, y debido a la gran cantidad de factores que puedan influenciar alguna preferencia, es imposible responder a esta pregunta de una manera objetiva.
Lo que sí quiero compartir en este artículo es una recomendación personal. Hoy en día no todos tenemos una librería, y acumular libros físicos es un problema. Pero hay una ventaja de un libro físico: siempre está a la mano y uno puede usarlo como una guía, es decir puede leer nuevamente ciertas partes del libro que a uno le interesa. Algo también posible con el Kindle, de una manera algo más indirecta.
Por eso mi recomendación es la de tener como libros físicos aquellos libros que sean lectura esencial para el cultivo de nuestras facultades mentales. Es decir, libros que no bastan con leerlos una vez para poder haberlos entendidos, sino que hay que volver a releerlos con calma y meditar sobre ello para entender lo que se quiere hacer. La lectura no es sobre saber algo de memoria, sino sobre internalizar lo leído y que nos cambie de manera positiva.
Uno de estos libros serían por ejemplo los libros sagrados. Para la mayoría en América y Europa el libro sagrado más conocido es la Biblia. En la Biblia hay tantos conocimientos y sabiduría, que ningún ser humano la puede procesar después de haberla leído. Es necesario leerla y volver a leerla analizando la historia, mirando dentro de uno para iluminar algo más lo profundo de nuestro ser.
Así cada uno encuentra a lo largo de su vida diferente tipos de libros que no bastan leerlos una sola vez, sino que hay que tenerlos siempre presentes no sólo meses, sino años. Qué libros están en ésta categoría es ya una decisión propia. Estos libros nos acompañarán como amigos a los cuáles podemos consultar en cualquier momento sobre algún tema, o para que volvamos a repasar cierto capítulo o frase para observar si la entendemos de la misma manera o de otra. Incluso se puede escribir en este libro ciertas notas, como si uno estuviera hablando con éste libro. Para algunos algo que no se debería hacer, para mí personalmente lo hago cuando el libro es personal.
Así tenemos en otro lado los dispositivos de lectura, los cuales se pueden usar para libros que son superfluos, pero no por su contenido, sino por el poco tiempo que pasarán en nuestra memoria, y en nuestra posesión. Son libros que leemos una vez y que probablemente no volvamos a leer nuevamente. Aquí el formato digital es el mejor porque no ocupa espacio, es fácil de guardar, de transferir, y aquí no se extraña la poca presencia física del libro.
Sea cuál sea el método a elegir, la lectura es siempre una conversación, y tanto en formato físico como en digital es posible hacer casi lo mismo. Aquí el gusto personal y la comodidad son decisivos para hacer una elección. Es una primera decisión por hacer, porque luego existen diferencias entre los formatos físicos, y formatos digitales, así como también diferencias entre los dispositivos de lectura. El mundo es complejo, pero debemos ir por lo más simple.
Leave a Reply